Esta serie se compone de cuatro volúmenes que abarcan los años de 1605 a 1633, dos corresponden a alcabalas, propiamente y, dos a los llamados libros del cabezón.

La alcabala era un impuesto real que se cobraba por toda transacción mercantil; principalmente se pagaba por los bienes raíces, muebles y semovientes; ventas, trueques y traspasos de propiedad, inmuebles tanto rurales como urbanos.

Los libros de cabezón corresponden al registro de los vecinos comerciantes que pagaban la alcabala y que debía realizarse anualmente, y son un ejemplo del sistema de empadronamiento de vecinos comerciantes que causaban la alcabala. Ambos libros pertenecen a dos contratos firmados en la primera mitad del siglo XVII. De acuerdo a la información localizada en las actas del cabildo, los libros de cabezón se hicieron anualmente, sin embargo, no se han conservado en su totalidad. Ahora bien, los libros de alcabala ubicados en el mismo acervo corresponden al siglo XVIII y son más bien correspondencia entre el recaudador del gravamen y las autoridades virreinales.

En el sentido estricto del término, son los libros de cabezón los únicos que revelan el sistema de administración y recaudación del gravamen y resultan claves para entender el funcionamiento del sistema de cabezón practicado por el ayuntamiento. El primer contrato de cabezón se firmó en 1600 y, de manera estricta y ordenada, es a partir de este año que la alcabala se recauda.